DF Videos: De Quito a Iquitos

 

 

 

Un recorrido de cinco dias con diferentes paisajes y distintos medios de Transporte

De Quito a Iquitos… ¿sin escalas?

Decidimos emprender la aventura de llegar a Iquitos (Perú) saliendo de Quito (Ecuador) en autobús y hacer la menor cantidad posible de escalas, claro, no contamos con ciertos obstáculos que encontramos en el camino…

Sábado. Salimos de Quito a las 18hs, nuestro bus viajó durante 12hs hasta que llegamos a Loja. En Ecuador por suerte no tienen la costumbre colombiana de parar a desayunar, almorzar, tomar café y esas cosas, por lo que el trayecto fue rápido.

Domingo. Cuando llegamos y bajamos nuestro equipaje del bus tuvimos la desagradable sorpresa de encontrar mi mochila y nuestra bolsa de “cosas varias” chorreadas de aceite de cocina, la botella que teníamos se dio vuelta y cayó entera sobre mi ropa y cosas…Ggggrrrr!! Una vez en Loja (6am) compramos los tickets para ir a Zumba, la ciudad más cercana a la frontera. El bus salía a las 8.30 por lo que tuvimos tiempo de tomar un cafecito, desayuno atípico para esta zona teniendo en cuenta que en Ecuador se desayuna sopa (hagan 18° o 39°), pollo con arroz, res, chicharrón o el plato que cualquier argentino comería en el almuerzo.
A Zumba llegamos a las 15hs, una terminal nueva y “fantasma”, por ser domingo los pocos negocios estaban cerrados, sólo estaba abierto el restaurante para la venta de Coca-Cola y almuerzos (sopas, carne, etc). No nos quedó otra que esperar porque la ranchera, un colectivo con asientos y techo de madera) salía a las 17.30 con destino a La Balsa (la frontera).
Nos sentamos, improvisamos algunos juegos de mesa, nos dormitamos y sacamos miles de fotos. Unos minutos antes de que llegara la ranchera empezaron a llegar a la terminal quienes serían nuestros compañeros de viaje, cargados con gallinas, tambores con pescados que se vendieron en el viaje, valijas, etc.
El trayecto fue increíble, durante 2hs recorrimos la selva ecuatoriana por un camino de tierra olvidado por los sucesivos Alcaldes. La respiración se sentía pura, limpia, la increíble vegetación hace que el paisaje parezca parte de una pintura.
Una vez que llegamos a la frontera hicimos sellar nuestra salida en la Oficina de Migraciones de Ecuador, cruzamos el puente de 40mts que divide ambos países para sellar el ingreso a Perú. A esa altura ya estábamos cansados y con hambre, ya eran las 20hs y nuestros planes de seguir viaje se vieron frustrados cuando nos dijeron que a esa altura del día iba a ser difícil conseguir autobús para continuar. La “bienvenida” a Perú fue de las más atípicas, el oficial de Migraciones estaba totalmente borracho tomando desde temprano (según nos dijeron unas lugareñas) con el encargado de la Oficina de Control Aduanero. Tal era el estado que tenía que un francés de unos 30 años que estaba ahí aprovechó la situación y le pidió visa por 6 meses!!! Lo peor no fue que se lo pidió, sino que el hombre balanceándose se lo firmó, luego selló también nuestros pasaportes y nos invitó a dormir a la casa dado que, como dije anteriormente, a esa hora ya no conseguíamos bus para ningún lado. Por suerte encontramos a una Señora que vivía en San Ignacio y con ella y otro señor más (el que vendía los pescados en la ranchera) nos fuimos en uno de estos autos “ruteros” rumbo a ese pueblo. El viaje duró 2hs. En San Ignacio nos alojamos en el primer Hotel que vimos, fuimos a cenar, ducha y a la cama.

Lunes. A las 8 sonó el despertador y salimos en búsqueda de alguien que nos cambie dólares por soles peruanos ya que en San Ignacio no hay cajeros automáticos. La Señora del Hotel fue muy amable y nos dio todas las indicaciones para llegar a nuestro próximo destino: Jaén.Un auto rutero nos llevó hasta allá junto con dos personas más. El viaje dura aproximadamente 2hs y el camino es un 80% de tierra, los choferes tienen un manejo increíble del camino y, aprovechando esta situación, hacen una suerte de rally sin premios ni segundos puestos. Nuevamente los paisajes nos dejaron sin habla, ya estábamos en el medio de la selva. Cuando nos dejó en el paradero (osea, donde está la oficina de la empresa de estos taxis/buses/autos) tomamos una moto-taxi que nos lleve a la Terminal. Resulta ser que en Jaén, como en casi todo el Perú, no hay una Terminal, sino que cada empresa tiene su oficina y desde ahí salen los buses. Consultamos en 2 o 3 lugares y a nuestro próximo destino, Yurimaguas, no había viajes…todos juraban y perjuraban que lo más cerca era Tarapoto y de ahí otro bus, pero lo peor no era eso, sino que los colectivos comenzaban a salir a las 20 hs y eran las 12!! Cargados con mochilas, bolsas y mucho calor, decidimos pagar una tarde de hotel hasta que se hiciera de noche, salimos a conocer Jaén, almorzamos y en el transcurso de la caminata vimos una empresa de transporte que anunciaba su viaje a Yurimaguas para las 21hs. Si! Bien! Buenísimo! Compramos los boletos y fuimos a hacer tiempo al Hotel. El estado del bus de la empresa era caótico, ya venía de viaje por lo que la higiene no era justamente la característica.

Martes. Luego de varias paradas llegamos a Tarapoto a las 9hs y ahí nos subieron a una mototaxi junto con otro pasajero (Israel) y partimos rumbo al paradero de autos que nos llevaría a Yurimaguas. El viaje duró algo así como 2 hs y en el medio nos agarró una lluvia torrencial, no les puedo explicar el olor de la vegetación frente a tremendo diluvio, una renovación de aire para los pulmones.
Llegamos y la lluvia no paraba, por suerte la lancha partía a Iquitos a las 13hs, así que hicimos tiempo y fuimos a almorzar con Israel, gracias a él nos enteramos que en la lancha no alquilan hamacas y tuvimos que salir corriendo a comprar las nuestras. Cuando llegamos al muelle la embarcación ya tenía encendidos los motores y todos los pasajeros estaban ubicados, encontramos un lugar, armamos nuestra “habitación” y partimos a las 13.30hs. Con nosotros viajaron niños, franceses, peruanos, pescados, plátanos, vacas, gallinas, alemanes, ecuatorianos e israelíes.
A las 17hs sonó un timbre como los que en las escuelas anuncian el recreo, era la hora de la cena. Los pasajeros formaron una larga fila y cada uno con su pasaje y un taper en mano esperaron su ración de pollo con arroz, yuca y plátano. La comida estaba bien.

Miércoles. Luego de conversar con Israel y otras personas, decidimos que nuestra parada iba a ser en Nauta para luego tomar un bus que nos lleve a Iquitos, ese trayecto por tierra duraba 2hs y por río 14hs. El viaje por el Río Marañón fue hermoso, vimos los famosos delfines rosados, nos picaron algunos mosquitos amazónicos e hicimos varias paradas, porque la lancha deja y carga mercadería en diferentes pueblos como Lagunas y Maipucu. Leímos, dormirmos, charlamos, volvimos a leer y volvimos a dormir (mucho), supuestamente llegaríamos a Nauta a las 19hs.

Jueves. A las 2am algunos pasajeros empezaron a armar sus mochilas y desarmar sus hamacas, según ellos estábamos en Nauta pero los más entendidos nos dijeron que siguiéramos durmiendo, todavía faltaba viaje. Por suerte tenían razón, a las 6am comenzamos a juntar nuestras cosas, llegamos a Nauta, bajamos del bote y con Israel tomamos una moto-taxi hasta el paradero. Ahí descubrí que durante el transcurso de la noche me habían robado el celular (todo bien, estaba destruído). En el paradero se llenaron los autos rumbo a Iquitos, nosotros no conseguimos y nos subimos a un bus y durante 2hs transitamos las rutas de la selva hasta llegar a la ciudad.
Hoy jueves, siendo las 10am , luego de viajar durante 5 días, tomar algo así como 5 moto-taxis, 3 autos ruteros y 1 barco, luego de ducharnos, lavarnos los dientes (no les quiero contar del estado de los baños de la lancha…) y tomar unos necesarios mates podemos confirmar que llegamos a Iquitos.

Por cuestiones técnicas (tenemos mala conexión de internet) no podemos subir fotos, para ver el album del viaje hacé click acá.

¡Hasta el próximo informe!